Estamos orgullosos, y es el resultado de mucho empeño, convicciones, alianzas y trabajo duro que hizo florecer a nuestra ciudad jardín, al punto de convertirla en pocos años en la punta de lanza del mercado laboral de la región.
Funes pasó de ser una “ciudad dormitorio” a ser ciudad con pleno empleo que diariamente recibe miles de trabajadores de otras localidades. El sueño nos quedó chico y con el crecimiento del comercio en un 400%, el desarrollo productivo de un potente sector de servicios, construcción, desarrollos y capital humano, logramos posicionar a Funes como la ciudad con menor índice de desempleo de la provincia: una de las localidades con más generación de puestos de trabajos en los últimos cuatro años, y con una pandemia de por medio.
Resultados concretos que me dan orgullo contar, y que cada uno de los que vivió en carne propia esta transformación local sabe apreciar. Detrás de estos resultados hay trabajo, diálogo y retroalimentación entre acciones públicas e iniciativas productivas privadas. El fomentar los acuerdos con empresarios, las reglas claras y el permanente cuidado del bien común hacen que los números que hablen por sí solos.